Una vez hemos hablado de lo que diferencia una RC PROFESIONAL y una RC GENERAL y que coberturas son las más habituales a la hora de contratar esta última, toca poner el foco en aquellos errores más frecuentes que solemos cometer cuando contratamos nuestro seguro de RC y/o cuando ya lo tenemos contratado.
Para empezar, empezaremos indicando que el coste de los seguros de Responsabilidad Civil dependerá sobre todo de 3 factores, que son los siguientes:
- Actividad asegurada
- Límites y sublímites asegurados
- Volumen de facturación o nº de trabajadores (normalmente suele calcularse por volumen de facturación).
Los 2 primeros factores son más relevantes a la hora de una correcta contratación de la póliza.
Actividad:
Es importante que la actividad asegurada en la póliza refleje de forma fiel la actividad que desarrollemos y asegurarnos que no haya clausulas excluyentes o limitativas que nos puedan suponer un problema de no cobertura en caso de producirse un siniestro.
Límites y Sublímites asegurados:
También es importante contratar unos capitales adecuados, y tomar muy en cuenta los sublímites, especialmente los relativos a las víctimas. Todavía hoy siguen siendo habitual encontrar pólizas con sublímites por victima por debajo de los 300.000 euros, lo cual es un riesgo.
Volumen de facturación / Nº de trabajadores:
este último factor toma una especial relevancia porque hay que revisarlo todos los daños, ya que la prima del seguro se calcula en base a una previsión de facturación, pagándose el seguro “por adelantado”.
Al vencimiento de todas las anualidades, hay que comunicar a la aseguradora la facturación real que ha habido durante dicha anualidad, procediéndose por parte de la aseguradora a la correspondiente regularización. Si dicha regularización no se produce y ocurre un siniestro, la aseguradora podría aplicar lo que se denomina “regla de equidad” en caso de que la facturación real hubiera sido mayor a la declarada en póliza, que no es ni más ni menos que pagaría el siniestro en la misma proporción que se ha pagado la prima del seguro.
Ejemplo: el volumen de facturación declarado en póliza es de 300.000 euros y la facturación real al termino del año de seguro ha sido de 600.000 euros. Si se produce un siniestro y la póliza no está regularizada, la compañía estaría facultada para pagar en la misma proporción, haciéndose cargo única y exclusivamente del 50% de los costes derivados del siniestro, lo cual puede suponer un problema económico grave o incluso la insolvencia de la empresa en caso de un siniestro de elevada cuantía.
Esta falta de regularización de las pólizas, junto con unos capitales asegurados insuficientes, suelen ser los errores más frecuentes a la hora de afrontar un siniestro.
Por ultimo no queremos de dejar de señalar otro error que, aunque no es frecuente, puede suponer que la aseguradora no se haga cargo del siniestro. NUNCA se puede aceptar la responsabilidad del siniestro a nivel particular sin el conocimiento y aceptación de la aseguradora. En caso de siniestro, este debe ser comunicado cuanto antes a la aseguradora, la cual procederá al estudio del mismo y a dictaminar si tenemos algún tipo de responsabilidad en el siniestro, así como la cobertura o no del mismo.
Dada la importancia de tener un seguro de Responsabilidad que cubra de forma correcta el riesgo, y la complejidad del mismo, es por lo que, en seguros como este, es importante ir siempre de la mano de un profesional para que le asesore tanto en la contratación de la póliza, como en el mantenimiento de la misma y la gestión de los posibles siniestros que se puedan ocasionar.
En GRUPO GIE te vamos a acompañar en cada 1 de los pasos indicados anteriormente, además de tener una Correduría de Seguros con la profesionalidad y capacidad necesaria para poder ofreceros el seguro de Responsabilidad Civil que mejor se adapte a tus necesidades y en las mejores condiciones posibles, tanto a nivel de coberturas como de precio.