
Casi todos los trabajadores experimentan sensaciones de hartazgo en un momento determinado de su carrera laboral, sintiéndose quemados profesionalmente.
Cuando el estrés es excesivo y no se limita a situaciones puntuales o a periodos concretos – sino que pasa a formar parte de la cotidianidad– pude ocasionar perjuicios de consideración en la salud física y psicológica de los afectados.
Aquellas personas que no disponen de las habilidades necesarias para hacer frente al estrés laboral crónico y el agotamiento profesional, pueden gestar una serie de actitudes negativas que son el caldo de cultivo idóneo para el desarrollo del síndrome de burnout , o del trabajador quemado.
El síndrome de burnout o de agotamiento profesional, significa sentirse quemado, agotado, sobrecargado, exhausto. Es un síndrome que se caracteriza por cansancio emocional, la despersonalización, y la baja realización personal.
La OMS cifra un 10% de la población afectada por el síndrome Burnout
La Organización Mundial de la Salud, ha reconocido, el pasado 25 de mayo este trastorno como una enfermedad laboral. Se estima que afecta al 10% de la población activa en el mundo. Sus principales síntomas son: desgaste profundo, falta de ilusión en lo que se hace y sensación de verse superado por las responsabilidades, agotamiento físico y mental generalizado, estrés, ansiedad, cambio en el comportamiento, indiferencia, desapego e irritabilidad.
Todo esto deriva en una bajada de productividad y en una desmotivación que genera frustración.
Este síndrome está identificado en mayor medida en aquellas profesiones que están en relación con el trato al público y clientes. Sin embargo, puede darse en cualquier ocupación ya que hay un mayor riesgo de padecer el síndrome de burnout cuando existe una gran discrepancia entre las expectativas laborales del trabajador y la realidad de las tareas a las que se enfrenta día a día, o existe un ambiente laboral con exceso de tensión, desagrado , y o con relaciones laborales conflictivas.
Las medidas preventivas frente al síndrome de burnout son similares a aquellas necesarias para manejar situaciones de estrés laboral. Para conseguir revertir una situación de “trabajador quemado” es importante identificarlo y modificar las condiciones de trabajo que lo han producido, y en casos de exposición prolongada puede ser necesaria una reubicación del trabajador.
Si se detectan a tiempo estos síntomas, se podrían evitar daños a la salud y recuperar un trabajador eficiente, motivado y sano.